sábado, 29 de marzo de 2008

Pequeño Ensayo de dos Breves Descripciones

De fondo se escucha una excelente canción: Mujer que camina de Alejandro Filio.

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1

Supe que un día sus cabellos castaños decidieron suicidarse, se arrojaron desde su cabeza para morir; lo que no previeron fue terminarían por ser una cabellera lacia y hermosa que cubriría la cabeza de una mujer. Si no conociera esta historia, juraría que un diluvió dibujó su cabello, o que la arrogante fuerza de gravedad se empeñó en dejar constancia de su poder.

Más ignotas son las formas de sus ojos que hacia los extremos caen, y le confieren a su mirada y a su cara, una tristeza natural que sólo es apaciguada cuando llega a sonreír. Hablo de una tristeza natural, no de la clásica respuesta humana a algunas noticias.

Su forma de hablar combina con su cabello y sus ojos, es cálida su tesitura. Al contar una anécdota hace pausas precisas, como si antes ya la hubiera escrito o se la hubiera aprendido de memoria.


2

Sus ojos y su boca son como las rejas de una cárcel para su alegría; ésta, fugitiva, se esconde en algunos recuerdos de la Universidad, de la Preparatoria. Su voz delata nostalgia y arrepentimiento; sus manos, falta de caricias.

Sus pronunciados pómulos y quijada, le conceden una autoridad no asumida hasta el momento. Algunas ocasiones ni sus facciones bastan para disfrazar su tristeza.

Su piel blanca y discreta es habitada por huesos gruesos y fuertes que nunca creyeron que sólo la finura más delicadeza resultan en feminidad. A pesar de ello, es esbelta como el último rayo crepuscular.

Cuando habla, da la impresión de estarse despojando de las interminables anécdotas que cuenta ya sin fervor, como si se desvistiera de un atuendo incómodo; cuando se despide, no se va sin antes volverse a vestir, con esa impotencia de saber que nadie quiere adquirir nada de su guardarropas.

sábado, 22 de marzo de 2008

La Infancia de los Samueles

CARTA ABIERTA ESTÁ DE PLÁCEMES: CUMPLE HOY UN AÑO. CAMBIÓ LA PRESENTACIÓN Y ALGO DEL CONTENIDO; YA NO HABRÁ MÚSICA PARA DESCARGAR, ESA PARTE SE VA A LA GALERÍA.
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De fondo se escucha Relojes en la oscuridad de Nacha pop, 1985.
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−La prima Adriana es tan bonita, pero ¿cómo le digo que me gusta? Están todos mis primos, sus hermanos.

−¡Hey… Samuel!, se voló la pelota hasta arriba, te toca ir por ella, dijo burlonamente mi primo Isaac.

Las anteriores veces que la pelota se había volado Miguel, Isaac y Luis habían ido por ella, pero juntos, porque les daba miedo subir las escaleras en medio de la oscuridad. Claro, como ellos ya habían ido por ella, ahora se les hace muy fácil pedírmelo.

−¿Quién me acompaña?, pregunté: Nadie respondió. A todos les daba miedo ir solos; era mi turno a solas.

Estoy dispuesto a reclamarles que no es justo que yo vaya solo cuando ellos ya lo han hecho juntos, pero la presencia de Adriana me detiene y decido aventurarme para impresionarla.

−Me dirijo a las escaleras. Desde los seis años, mi padre me inculcó no tener miedo de nada, pero esta noche, los terrores de mis primos han derruido los cinco años de enseñanzas de mi padre. La sonrisa de mi prima me impulsa a subir las escaleras y demostrar a todos que yo no tengo miedo; lo haré.

−Sé que estoy frente a las escaleras, pero no las puedo ver. Subo peldaño por peldaño; conozco de memoria la altura y distancia de cada escalón; su color ocre no es una referencia importante en la negrura nocturna de esta fiesta familiar. Sólo quiero abrazar a Adriana e irme a dormir.

−Mis primos se fueron al zaguán y me dejaron más solo, alcanzo a escuchar sus burlas, pero en verdad no siento miedo. Quiero ver las caricaturas de Cun Cun, jajaja… cuando cazaban pescados. El lunes tengo que dirigir la Ceremonia escolar de Benito Juárez… Mi Mamá ya me planchó mi traje blanco, jeje…

¿Qué es eso?... alguien está corriendo por el pasillo de arriba. Ay, está corriendo y desciende la escalera. Alguien pasó cerca de mí corriendo. Pero no había nadie arriba… Escucho a lo lejos a un niño que grita: −Tengo la pelota, ¿quién se pone de portero?

−Ya casi llego hasta arriba, faltan pocos escalones. Me gusta la sonrisa de Adriana, pero mi primo Isaac la quiere a ella. Él es tan feliz cuando la ve, yo sólo me pongo contento; él la quiere…

Los niños se quedaron estupefactos al ver a Samuel con la pelota. Tenía un chaleco negro antes de subir por la pelota, el cabello chino y la voz grave para su edad. Ahora, vestía una chamarra blanca, su cabello estaba erizo y su voz era chillona; además, no era la pelota con la que estaban jugando.

Samuel, tomó a su prima Adriana de la mano y se puso a jugar con ella; los demás estaban asustados. Parecía que ella no había notado el cambio y estaba feliz jugando a la pelota con Samuel. Se fueron hacia el jardín y desaparecieron a la vista de los demás. Isaac propuso jugar a las escondidillas; Miguel quiso irse con su Mamá, pero los demás querían ir por Samuel y Adriana.

Todos vieron a Adriana y Samuel abrazados contra la pared como estatuas; se fueron corriendo a la casa. Isaac se quedó quieto, casi como estatua y vio las manos de su primo bajo las faldas de Adriana. Sintió feo y no hizo nada, pero intuyó que su primo Samuel lo dañaba porque le había dicho que quería a la prima.

La Mamá de Miguel llamó a todos para partir el pastel. Isaac les avisó a las dos estatuas que ya era hora, éstas reaccionaron y lo siguieron rumbo a la casa.

Nadie notó los cambios de Samuel, sólo Adriana e Isaac: ¿Amor y traición?

Se acabó la reunión, como cualquiera otra, pero no todo era igual y sólo lo sabían Isaac y Adriana; acaso los demás primos, pero en las fiestas las diferencias se omiten porque es el rincón en donde se dirimen las victorias y los fracasos, donde ricos y pobres beben hasta confundirse, donde los viejos y los jóvenes comparten la lujuria y la experiencia, en donde parece que todo pude empezar de nuevo.

−Mi’jirrín, ya es hora de dormir… ¿dónde está tu chaleco… qué son esas greñas, jugaste mucho?

La Mamá de Samuel sabía perfectamente que esas no eran las ropas ni el peinado de su hijo; es más, sospechaba que ése no era su hijo, pero negó la idea y quería abortarla tal y como lo había hecho dos veces antes de embarazarse de Sam, su Sam, su Mi’jirrín. Era como ponerle la piyama a un desconocido, a uno de esos niños de la calle que tanto dolor le causaban cuando iba al trabajo. No quería saber por qué sentía eso, era su hijo y punto. La angustia se desdoblaba en el fondo de su corazón.

Esa noche Samuel no le dijo: Buenas noches, "momita".

"Hoy cumples 18 años, felicidades Mi’jirrín". Samuel abrazó a su madre y se sintió mayor de edad. Estaba feliz, había terminado la preparatoria y quería estudiar música o literatura.

"Carnalito, hoy cumples 31 años, ya te titulaste"; su hermana estaba feliz, pero Samuel aún no se creía un economista en toda la extensión de la palabra.

−Este debe ser el último escalón, doblo a la izquierda, me guío con el barandal y al terminar, vuelvo a girar a la izquierda; hasta el fondo debe estar la pelota; allá la luna ya ilumina bien. Esta higuera no me deja ver bien. Quiero ver a Adriana, sólo verla… ojalá que le diga que sí a Isaac.

Samuel conoció a Sandra, en 2005 .

El niño Samuel cogió la pelota y la aventó hacia abajo, donde suponía que estaban sus primos.

Samuel tuvo varios aciertos profesionales.

El niño Samuel, de memoria, regresó por donde vino, sin necesidad del barandal.

−Puedo descender los escalones corriendo, me los sé de memoria, jajaja… pero no, es mejor despacio, si me caigo mis papás se enojan; Papá sobre todo. Son 19 peldaños. Ocho, nueve…

−Niño Samuel, qué haces… no regreses por este camino. Este sendero yo lo cursé con éxito desde hace mucho tiempo… quédate allá arriba, en la oscuridad de donde vienes.

−Yo no vengo de la oscuridad, sólo subí por la pelota, ¿tú quién eres?

−Soy tú, pero sin miedo.

−Yo no tengo miedo.

−Niño Samuel, el miedo antes de manifestarse en emociones, lo hace en preguntas. Estás lleno de preguntas sin respuestas… eso es el miedo.

−No es cierto, el miedo es tener miedo a la oscuridad.

−Jajaja… Niño, quédate así, pero no te atrevas a terminar de descender las escaleras.

−No, yo quiero ir con mi Mamá… con

−No hagas escándalo, no llores ni hagas puchero… Quédate conmigo, yo te voy a proteger y te voy a llevar con tus papás, pero antes debes esperar a que la luna sea amarilla.

−No, yo no te conozco, yo quiero ver a mis primos.

−Y yo no quiero dejar mi vida, de ver a mis amigos Agustín, Sandra, José Israel, David, Soledad, Octavio, Jesús, Enrique. Tú ni te acuerdas del nombre de tus primos.

El niño Samuel se sentó a llorar en el antepenúltimo escalón. El otro, le acarició su cabecita y se regresó; ahí dejó al niño, sin mayor apuro. Estaba seguro que pasaría tanto tiempo para que el niño reaccionara y se decidiera a terminar de descender.

miércoles, 19 de marzo de 2008

Calistenia antes del 22 de marzo

LES DEJO UNA CANCIÓN EXCELENTE DE 1978 DE ALEJANDRO FILIO: OJOS VERDES.
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Te he estado leyendo y yendo a verte percibí parte de la imaginación que te merodea, te aconseja, te espía, pero no deja que la veas. Ése es su secreto: ocultarse de ti para ti.

Esperé más de un mes en el cual cursé la épica, la tragedia y la sátira. Incendié las lógicas, el aburrimiento y la desesperanza.

Entendí que las palabras no se encuentran ni por accidente ni por compasión; se buscan, se usurpan.

Tratar de entenderte es asumir una deuda impagable, quererte es tan sencillo e infinito como el sistema binario.

Las palabras que lees son un laberinto de preguntas que no se han hecho y por lo tanto no tienen respuestas.

Estas palabras son la calistenia.

viernes, 7 de marzo de 2008

Recordar...

"Recordar: del latín re-cordis = volver a pasar por el corazón."
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Eduardo Galeano, El libro de los abrazos, 1989.
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Se me ocurrió preguntar: ¿Te has puesto a pensar en todas las personas que pudiste ser, el momento en que decidiste ser quien eres...? Es ocioso, pero interesante.
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Después de todo, hay que devolverle a esta palabra "ocio", el sentido de acuerdo al cual se la consideraba positiva: tiempo apto para la reflexión filosófica.

lunes, 3 de marzo de 2008

Cielos de Marzo...

Les dejo esta canción de Kitaro y Jon Anderson (Lady of dreams), mientras ven esta imagen, a ver qué les produce...
. ¿Es una pintura o una foto?